El avance de las infraestructuras en Cloud sigue creciendo y así lo avala el estudio publicado por IDC en su ‘Guía de Gasto Mundial en Software y Servicios de Nube Pública’. Según este estudio, el gasto en servicios de cloud pública en Europa será de 142.000 millones de dólares en 2023, registrando una tasa de crecimiento anual compuesto a cinco años (2022-2027) del 20%.
Por Fernando Naranjo, Director de Operaciones de Entelgy
En el estudio ‘Guía de Gasto Mundial en Software y Servicios de Nube Pública’, IDC indica que la banca, el comercio minorista y las telecomunicaciones serán los sectores con mayor consumo en cloud pública en 2023, con un 26% del valor total del mercado.
Es en este escenario, la preocupación de los equipos financieros por el gasto en infraestructura cloud crece al mismo ritmo y dada la complejidad para realizar estimaciones de gasto en dicho entorno, los presupuestos en infraestructura TI se complican cada vez más.
Es por ello que el concepto FinOps se está extendiendo tan rápidamente como el crecimiento de la infraestructura cloud siendo en estos momentos, una de las tendencias emergentes más relevantes en TI. Se trata de un modelo que propone combinar la gestión de las operaciones en cloud con la gestión financiera para garantizar la utilización óptima y eficiente de los recursos de TI
Es mucho más que un control de costes y requiere de un cambio cultural en las organizaciones para la colaboración de distintos equipos de operaciones, tecnología y financiero. Existen ya modelos reconocidos como FinOps Foundation que aporta best practices, modelos organizativos e incluso itinerarios de certificación. Por otro lado, existen numerosas herramientas en el mercado vinculadas al concepto de FinOps y especialmente a la reducción de costes.
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Sin embargo, las organizaciones se enfrentan a una complejidad adicional aún no resuelta por el modelo FinOps ni las herramientas. Elaborar un presupuesto anual de infraestructura cloud sigue siendo de una gran complejidad. El modelo de facturación por instancia de los distintos proveedores de cloud, la variación en la forma de pago y los distintos modelos de ahorro, lo ponen muy difícil a los encargados de realizar los presupuestos de gasto en cloud.
La mayoría de las organizaciones con experiencia en entornos cloud coinciden en los siguientes puntos como claves para poder elaborar un presupuesto de gasto en infraestructura cloud
- Crear dos presupuestos. Por un lado, un presupuesto sin aplicar descuentos en ninguno de los elementos contratados en infraestructura cloud. Por otro lado, la misma previsión aplicando los descuentos previstos por cada uno de los proveedores cloud que se tengan contratados. En la mayoría de las ocasiones, los mayores descuentos se obtienen adelantando el pago, opción que no siempre es viable por el impacto en el flujo de caja. De ahí que sea conveniente contar con las dos alternativas de presupuesto. Además, se podrá tener una base de mínimos y otra optimista con la que poder trabajar el resto de conceptos.
- Partir del histórico. Generar un histórico del gasto en cloud en el último año y último trimestre para poder extrapolar en base al crecimiento previsto tanto sobre el periodo anual como trimestral. También es buena práctica para después poder monitorizar desviaciones el realizar una previsión sobre el histórico a 1 año, a 3 y a 5 años.
- Etiquetado de instancias contratadas. En equipos con algo de madurez es clave el etiquetar adecuadamente todas las instancias contratadas. De esta forma, se pueden asignar costes de infraestructura cloud a las áreas usuarias que demandan las instancias, repartiendo el coste de las que son comunes. Es una buena práctica para que cada departamento sea consciente del consumo que tiene en cloud y sobre todo, del impacto económico que tiene cada cambio que se hace sobre la infraestructura. De esta forma, será mucho más fácil concienciar en la necesaria reducción del gasto y tener un presupuesto optimizado por área y global.
Como base para todo lo anterior, se debe contar con la que sería la principal recomendación para toda organización que consuma infraestructura cloud, la disponibilidad de datos para poder monitorizar lo que se consume, cuando se consume y por qué se consume y por supuesto el correspondiente gasto a dicho consumo.
En organizaciones con un alto nivel de madurez, se suelen identificar KPIs adicionales que se utilizan para ajustar el presupuesto de forma más eficiente. KPIs como históricos semanales que permitan identificar picos de consumo por tramo horario, coste por unidad (usuario, tiempo, aplicación/sistema, region de consumo…) y costes por ajustes manuales en intervenciones excepcionales.
Todas estas best practices son la base para lograr una actitud preventiva frente al creciente gasto en infraestructura cloud en lugar de la habitual reactiva que se tiene cuando se inicia el camino al cloud. Y como derivada, se va generando una concienciación en todos los equipos, concienciación que es uno de los pilares del concepto FinOps
Y en todo caso, ante la complejidad creciente, cada vez se extiende más la asignación dedicada de una Oficina FinOps con integrantes técnicos, de negocio y financieros que compartan objetivos de reducción del coste de infraestructura cloud. Conforme se incrementa la infraestructura cloud en la organización, es más rápido el retorno de la inversión en FinOps.
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