Minería de procesos, nuevas tecnologías de conectividad o IA generativa son algunas de las tecnologías que veremos desarrollarse en el futuro más próximo; pero, sin duda alguna, la hiperautomatización es una de las constantes que más nos dará de qué hablar este año.
Todos conocemos las tecnologías de automatización: aquellas destinadas a realizar tareas sencillas y repetitivas de manera autónoma por máquinas. Ello ha permitido durante años que muchos profesionales puedan dedicarse a tareas de mayor valor añadido. Pero a día de hoy, ya estamos empezando a ver cómo estas tecnologías están evolucionando hacia la hiperautomatización.
La hiperautomatización trata de dar un paso más en el proceso de automatización, aplicando este tipo de técnicas no solo a las tareas repetitivas, sino a todos los procesos empresariales, ya sean cadenas de producción, flujos de trabajo, procesos de marketing, etc. Para ello utiliza tecnologías de inteligencia artificial (AI), aprendizaje automático (ML) y automatización robótica de procesos (RPA).
Con estas técnicas las empresas pueden conseguir, no solo aumentar la productividad y reducir costes, sino eficiencia operativa y dinámica, que es un factor crucial para el desarrollo de organizaciones líquidas, es decir, aquellas que estarán más preparadas para adaptarse a diferentes escenarios y cambios que puedan surgir.
Sin ningún género de duda, en los próximos años seguiremos viendo un gran desarrollo tecnológico que brindará enormes novedades a las empresas que, por su parte, transformarán la forma en la que trabajamos. La adopción de estas tecnologías definirá la diferencia entre las compañías que encaren el mañana con visión de futuro y, por tanto, su propia supervivencia.
