La desinformación es ya una de las mayores herramientas de la reconocida guerra híbrida global en la que, parece, todos formamos parte y somos actores principales. A lo largo de este artículo ofrecemos una serie de recomendaciones para evitar caer en las fake news y saber detectarlas.
5.000 millones de personas en todo el mundo utilizan internet, 200 millones más que hace un año. Más de 4.600 millones son usuarios de redes sociales, según el Informe Global Sobre el Entorno Digital 2022. En España el 76,6% de los ciudadanos utilizan internet para leer noticias, periódicos o revistas. Un 74% busca información sobre bienes o servicios y un 69,4% sobre salud, según el informe Uso de tecnologías en los hogares españoles 2022 de ONTSI.
A estas alturas de la vida pocos son los que soportan una semana de desconexión total. Nuestra mano se mueve por sí sola, como un acto reflejo, para agarrar el móvil y comprobar notificaciones de última hora. Estamos más conectados que nunca y a todos los niveles.
La Red se ha convertido en nuestro mundo paralelo elegido del que bebemos constantemente sin parecer saciarnos. Compramos en internet, nos comunicamos en internet, nos informamos en internet, discutimos en internet y difundimos mensajes por internet. ¿Somos conscientes de lo que estamos consumiendo?, ¿nos hemos parado a pensar cuánto nos influye la cantidad de información que recibimos diariamente?, ¿sabemos quién está detrás de ella y cuál es su intención?
Fake news y pérdida de confianza
La desinformación y las fake news son ya una amenaza real para nuestra seguridad. De hecho, se estima que el 90% de la población española de entre 16 y 65 años puede ser potencialmente víctima de un ataque de desinformación.
Estos datos coinciden con los que aportaba ya hace varios años el informe Gartner Top Strategic Predictions for 2018 and Beyond, en el que se aseguraba que en 2022 la mayoría de los ciudadanos de países avanzados consumiría más información falsa que verdadera. El escenario ha llegado y se ha quedado con nosotros.
Según el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), difundir noticias falsas tiene consecuencias para todos: no solo desinforman, sino que pueden ser utilizadas para infectar por malware y robar credenciales, suponen un riesgo para la salud y provocan daños de reputación online.
Detectar la desinformación para combatirla
Todos estamos dentro del círculo de la desinformación. Todos la hemos consumido en mayor o menor medida y muy posiblemente todos hemos contribuido (también inconscientemente) a su expansión. Por eso se hace más necesario que nunca saber detectarla y ponerle remedio. Desde Entelgy Security América nos sumamos a las recomendaciones que aportan los más relevantes organismos públicos para hacer frente a la desinformación. Entre ellas:
- Pon un filtro a la información que te llegue por redes sociales y desconfía en un primer momento de los contenidos patrocinados. Si una cuenta apenas tiene seguidores ni mantiene conversación, si no muestra imagen de perfil o esta resulta extraña, si lanza decenas de tuits en un corto periodo de tiempo, posiblemente te encuentres ante un bot.
- Analiza los mensajes que recibes y de dónde provienen, si tienen faltas de ortografía o emplean imágenes que no mantienen relación con el contenido del texto. Aplica el sentido común, la crítica y duda siempre. No es lo mismo leer un periódico nacional reconocido que una web desconocida. Si te encuentras ante titulares exagerados, catastróficos, cómicos o hirientes para ciertos colectivos, desconfía.
- Conocer nombres de periodistas, columnistas y medios siempre es ventajoso: sabrás cuál es la tendencia de sus publicaciones y llevarás ventaja. Si la información que recibes no está firmada o el medio omite información sobre sus responsables editoriales y financieros, desconfía desde el primer momento.
- Lo más fácil siempre es contrastar la noticia en internet. Si la información que has recibido está en más sitios puedes relajarte, pero solo un poco. Muchos medios hacen un trabajo exhaustivo de verificación, confía en ellos.
- Dada la proliferación de los deepfakes, desconfía de vídeos o audios que recibas. Analízalos bien para detectar si son falsos o no. Escucha bien (para comprobar voces), mira bien (para detectar cualquier elemento engañoso en una imagen) y pregúntate su objetivo.
Lo último y más importante: no difundas contenidos dudosos. No contribuyas a desinformar.