En plena era de la instantaneidad, de las redes sociales y de la interconexión, todo cuenta para definir una imagen profesional. Esta no solo corresponde al mundo offline, también a lo que aparece Facebook, Twitter, o cualquier página web. La definición de lo que somos, en parte, está configurada por todo aquello mostrado en ese escaparate virtual. Algunas marcas cuidan estos detalles al milímetro, y gracias a ello han conseguido hacerse con un perfil digital único. No es fácil conseguir que algo tan común, como puede ser una manzana mordida, se convierta en un icono reconocido mundialmente y, además, vinculado a la excelencia. Sin embargo, en ocasiones sucede.
Tener presencia y crear valor de marca en la comunidad se alza como requisito indispensable para el negocio electrónico. Según un estudio del International Association for Business and Society (IABS), “un 81% de los internautas de 16-55 años utilizan redes sociales, lo que representa más de 15 millones usuarios en nuestro país”. Precisamente por ello, ahora las marcas tienen una tarea pendiente más allá de la publicidad tradicional: elaborar una estrategia para un perfil digital adecuado. No importa si se trata de una gran multinacional o una pequeña empresa. Al final, el usuario siempre se informa a través de diferentes canales y el deber de los administradores es el de mirarlos con lupa.
¿Qué es el perfil digital de una empresa?
Una estrategia de marketing digital, según Wikipedia, está caracterizada por “la combinación y utilización de estrategias de comercialización en medios digitales”. Esta táctica mercantil utiliza todo tipo de dispositivos electrónicos, como ordenadores, smartphones, o hasta videoconsolas. Además, también se da a través de diversos canales, tales como el correo electrónico, los SMS o el correo electrónico. Todo ello, con una finalidad: la de crear un perfil digital identificable.
Con la llegada de las redes sociales, la línea entre lo público y lo privado se difumina. Ahora es mucho más fácil identificar a alguien, ya sea un particular o una empresa. El perfil digital se refiere precisamente a eso, a la organización de los datos en las diferentes plataformas ofrecidas por las nuevas tecnologías. De forma diaria, queramos o no, dejamos un rastro de todo lo que somos en línea. La huella digital es continua y en muchos casos difícil de borrar. Por eso, un empresario debe estar preparado para que esta sea lo más favorable posible a su entidad.
Los comienzos del marketing digital
Según la Digital Master Marketing Business School (IEBS), la importancia del marketing digital nace en 1995, ligado a la explosión de las redes sociales. Es entonces cuando las empresas empezaron a elaborar diferentes técnicas de digitalización para intentar captar la atención del público. No obstante, por entonces las herramientas eran muy primitivas. Los ordenadores aún seguían siendo dispositivos caros e Internet, si alguien lo adquiría, no era precisamente de la mejor calidad.
Las empresas tampoco tenían necesidad de un perfil digital demasiado elaborado, ya que la publicidad online se basaba en páginas web 1.0. Esta no era más que una extensión de modelos tradicionales, como el de la televisión o el papel, a la Red. No existía bidireccionalidad con los usuarios, solo se lanzaba el mensaje y la audiencia lo captaba o no.
Pero todo cambió pocos años después. Facebook empezó a ser cada vez más importante y, cuanto más usuarios, más potencial como herramienta publicitaria. A partir de ese momento Internet se convierte en una gran comunidad llena de redes y posibilidades para explotar cualquier idea.
El perfil digital de las compañías, que previamente carecía de interés, se transforma en un elemento de gran importancia. El feedback con los usuarios pasa a ser algo esencial, ya que la Web 2.0 abre una nueva ventana de posibilidades y, con ella, la de nuevas profesiones digitales. Como explica Wikipedia, la Web social “comprende aquellos sitios que facilitan el compartir información, la interoperabilidad, el diseño centrado en el usuario y la colaboración en la World Wide Web”.
Los entornos lúdicos multimedia cambiaron para siempre. La prioridad de lo instantáneo y lo visual, además de definir nuestra manera actual de consumir la información, también indican el camino hacia el que las empresas orientan su perfil digital
La transformación digital
Como indica el Instituto Nacional de Estadística (INE), el dispositivo más utilizado para conectarse a Internet es con mucha diferencia el teléfono móvil, seguido del portátil y del ordenador de sobremesa. Debido a ello, no es de extrañar que los hábitos de consumo hayan cambiado de forma radical. Hace ya algunos años que lo digital dejó de ser una opción para convertirse en una prioridad, y las empresas solo tienen dos alternativas: sumarse a él o desaparecer.
El perfil digital de una compañía tiene que reflejar ese cambio estructural a través de toda su cadena de valor: diseño, producción, logística interna y externa… etc. El concepto de transformación se refiere a un giro en todos los aspectos que definen la empresa. Y no solo vale con implementar tecnología, el perfil digital se elabora con mucho más. Hay que rediseñar el modelo de negocio vigente para optimizar todo el proceso de relación con un cliente que puede llegar utilizando el sitio web, visitando la tienda, o a través de una app.
¿Cuáles son los nuevos perfiles digitales?
A pesar de toda la revolución digital, hay cosas que nunca cambian. Al final, el pilar de las empresas son las personas que la componen. Cualquier transformación sería inviable si, además de los recursos, no tenemos los profesionales apropiados para llevarla a cabo. Pero, ¿cuál es el perfil digital que busca una empresa? Son varios, y todos ellos cumplen una función en la ecuación. Algunos de los más importantes serían:
Especialista en SEO y SEM: en un campo con un gran número de competidores, resulta fundamental optimizar el contenido para lograr mejores resultados. Mientras que el especialista en SEO se dedica al posicionamiento, el de SEM se encarga de gestionar las campañas publicitarias en buscadores. No obstante, las empresas suelen aglutinar ambas funciones en una sola persona.
Social media: Facebook, Twitter, LinkedIn… Ya hemos mencionado la importancia de las redes sociales y su función como escaparate. Para conseguir unos resultados adecuados, es fundamental que un experto diseñe una estrategia adecuada empleando todos los recursos que estén en su mano. ¿La finalidad? Que el perfil digital de nuestra marca sea reconocible.
Analista web: el contenido es el rey, y cualquier página web, por muy pequeña que sea, tiene unos objetivos y un alcance marcado. Para predecir esa serie de datos surge la figura del analista web. La función de este experto es mantener a una empresa en la cima de las estadísticas y ofrecer propuestas de mejora para aumentar el número de visitas.
Ecommerce Manager: a raíz del auge del comercio electrónico, también surge un perfil muy demandado en torno a dicha tarea. Es el responsable de administrar la tienda online y, por tanto, de preparar la estrategia más apropiada para optimizar la presencia.
Digital manager: una figura clave para la transformación
Todos los profesionales anteriores son importantes para un modelo adecuado y sostenible. Aun así, existe una figura destacada para, precisamente, servir como guía del camino offline al online. Es el encargado de ejecutar el plan de marketing de la empresa destinado, entre otras cosas, a mejorar su presencia web.
Para ello, analiza la situación y elabora un diagnóstico acorde con los objetivos de la compañía. El modelo empleado por el experto dependerá de sus métodos, del tipo de empresa para la que trabaje, y del entorno donde tenga que desarrollar sus habilidades. Por ejemplo, no será lo mismo confeccionar un plan para un tipo de negocio solamente basado en la Red que uno mixto. El digital manager es, a grandes rasgos, un estratega.
Entelgy, un impulso hacia la innovación
En Entelgy transformamos e impulsamos a las organizaciones de la forma más efectiva posible: convirtiendo a sus trabajadores en el propio motor del cambio. Con la ayuda de nuestro partner Google, diseñamos un programa de 5 etapas con 5 líneas de actuación para implantar una dinámica digital adecuada.
Nuestra metodología está desarrollada y contrastada con Google, la empresa más importante a la hora de definir cuál debe ser un perfil digital apropiado. Aceleradores, formación, eficiencia… son muchos los ingredientes necesarios para una arquitectura 3.0 a la altura. Pero, con novedosas técnicas automatizadas y el soporte adecuado, todo es mucho más fácil.